Hoy, la actividad consta de destacar aquellos rasgos de la personalidad y competencias más valiosas, a nuestro juicio, debe mostrar un tutor tanto en su relación con otros profesores, como con los alumnos y sus familias.
La tutoría de los alumnos aparece como una función del profesorado que se tiene que acompañar con la dirección y la orientación de su aprendizaje y el apoyo en su proceso educativo, en colaboración con las familias.
Primero hicimos una lista de rasgos personales y competencias profesionales de forma individual para después ponerlo en común con el grupo que estaba formado por Esther, Pablo, Azucena, Laura, Patricia y yo, para establecer nuestro Decálogo del Tutor.
Finalmente el retrato de Carmen, nuestra tutora quedo de la siguiente manera:
Aunque se nos olvidó añadir otra cualidad importante, y es que el tutor debe ser una persona dinámica, especialmente en la participación del grupo.
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